La dictadura castrista, desde jóvenes separan a los hijos de los padres en las llamadas escuelas al campo y las escuelas en el campo. Allí muchos muchachos sufren traumas, son abusados, se deforma su carácter, aprenden a robar, a mentir, a aguantar los atropellos y los abusos quedándose callados y aprenden a vivir con una doble moral. Muchas muchachas también aprenden a ser promiscuas e interesadas.
jueves, 29 de julio de 2010
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